Introducción
En la adaptación de Kenneth Branagh de la novela de Agatha Christie, "Asesinato en el Orient Express," somos sumergidos en un mundo de misterio, lujo y complejidad. Branagh, quien no solo protagoniza sino también dirige la película, nos lleva a un viaje cinematográfico que busca deleitar a las audiencias con su enfoque extravagante y visualmente deslumbrante.
La Transformación de Poirot
Desde el inicio, Branagh nos presenta a Hercule Poirot de una manera fresca y dinámica, alejándose de las representaciones convencionales. El personaje se desenvuelve en las concurridas calles de Jerusalén en 1934, ofreciendo una introducción cómica pero conmovedora que añade profundidad a la personalidad del famoso detective belga. La obsesión de Poirot por la simetría se convierte en un elemento distintivo, revelando capas adicionales a un personaje ya fascinante.
El Viaje en el Orient Express
El núcleo de la trama se desarrolla a bordo del legendario tren Orient Express, donde Poirot, interpretado magistralmente por Branagh, se encuentra con un elenco diverso de personajes, cada uno interpretado por actores de renombre. Sin embargo, la película tropieza al no darles suficiente espacio para brillar, limitándolos a breves intervenciones que apenas rascan la superficie de sus complejas historias.
Deslumbrantes Escenarios y Detalles Visuales
A pesar de sus defectos narrativos, la película no escatima en la creación de un mundo visualmente impresionante. Desde los escenarios alpinos hasta los detalles art-deco, el espectador es transportado a una época de elegancia y esplendor. La banda sonora, el jazz envolvente y la cinematografía en 65 mm contribuyen a una experiencia visualmente rica.
La Caída de la Trama
La película pierde impulso después del asesinato, donde la trama se estanca en intentos forzados de añadir tensión y acción. Branagh, en su afán de transformar la historia en un blockbuster, introduce escenas innecesarias que desvían la atención de la verdadera esencia del misterio.
Fallos en la Resolución
A pesar del brillante desempeño de Branagh como Poirot, la resolución del misterio se ve empañada por la falta de atención a los detalles cruciales presentes en la novela original de Christie. La película descuida la importancia de los indicios y obliga a Poirot a recurrir a conjeturas salvajes, despojando a la trama de su ingenio característico.
Conclusión
"Asesinato en el Orient Express" de Kenneth Branagh es un festín visual que, a pesar de sus defectos, logra entretener. La reinterpretación de Poirot, los escenarios deslumbrantes y la primera mitad dinámica de la película son sus puntos fuertes. Sin embargo, la falta de desarrollo de los personajes y la pérdida de ritmo en la segunda mitad restan brillo a esta adaptación. Aunque puede disfrutarse como un escape cinematográfico, deja a los amantes de Christie anhelando una exploración más fiel de los misterios ingeniosos que la autora creó.